domingo, 3 de mayo de 2009

Gripe AH1N1

Tengo una sensación muy rara en el cuerpo. Esta mañana, cuando me he levantado para ir a trabajar, me he encontrado a Sim, mi compañero de piso, moribundo en el salón. Resulta que lleva cuatro días así y yo sin enterarme. Es cierto que ayer me crucé con él cuando iba al baño y lo vi mal, pero atribuí su mala cara y su "hola" de camionero cazallero a que estaba en fase REM.
Como el tío es alemán (aunque él se empeñe en decir que es italiano) y soso a más no poder, no me había dicho nada, había ido cada día a trabajar y la única medida que había tomado era ir a una farmacía, con acento en la i como él lo dice. A ver, una cosa es ser un valiente y otra muy diferente es ser un imbécil.
Esta mañana no podía ni hablar ni tragarse un ibuprofeno. Venía del hospital y le habían enviado a un CAP que estaba cerrado. A pesar de mi sueño por la resaca del 2-6 (en el trabajo, no en Canaletas) he actuado con decisión y precisión y después de un par de llamadas y consultas por internet le he metido en un taxi con destino al médico.
En teoría hoy se mudaba de piso pero en estas circunstancias no sé yo. No es que me llevara mal con él pero la idea me llenaba de gozo y alborozo porque Iv, el gran hombre blanco, venía a pasar unos días al piso y ya teníamos preparada una orgía.
Ahora sólo hace falta ser un poco paranoica para preocuparse un poco. Éste es el resumen: chico de 25 años que trabaja en un hotel lleno de mejicanos (esto último lo ha dicho mi madre) pilla algo raro y yo soy su compañera de piso.