miércoles, 31 de octubre de 2007

Kit kat

Tengo olvidado al blog. De repente mi trabajo se ha convertido en un trabajo normal y ya no puedo dedicar mi tiempo a navegar por internet, escribir mails, tomar cafés y escribir posts. Para quien no lo sepa, aunque dudo que haya alguien, trabajo en una agencia de noticias, una que empieza por efe. Ahora con el tema de los socavones del AVE, las agresiones a ecuatorianas y la crispación política general, no paramos. Además he asumido un nuevo cargo, el de jefa de las becarias y, como ahora están todas comenzando, me lleva tiempo. Este cargo me lo he impuesto yo misma para sentirme más realizada y para paliar mis ansias de mandar, que desde que no tengo novio no están del todo satisfechas. Como las ansias de f…, pero ese ya es otro tema y no creo que lo pueda solucionar con las becarias.
En fin, que todo esto es para disculparme de que los posts ahora no sean tan frecuentes, aunque tiempos mejores vendrán, no lo dudéis. Esta misma tarde comienza otro merecido descanso mensual, esta vez a Granada, con AB de acompañante, y vendré con nuevas historias. Además pronto hará un año de la inauguración de este, mi blog, y tengo pensado todo tipo de celebraciones.
¡Hasta la vuelta!

domingo, 14 de octubre de 2007

La noche me confunde

He vuelto de mi pelegrinaje. Ha sido guay. Me encanta el buen rollo del Camino de Santiago y la gente que allí te encuentras. El grupo de este año ha sido aún más variopinto que el del año pasado: dos jubilados de Lleida que me recordaban a mi padre, una inglesa de 30 años encontrándose a si misma, una pareja alemana de 45 años viviendo una segunda luna de miel, además de otros muchos espontáneos que fuimos encontrando.
Los hombres que por allí habían superaban los 50 o no llegaban a los 20. El que más me gustó pertenecía al segundo grupo, era alemán y caminaba al lado de su padre.
Al volver del camino estuve unos días en consonancia cuerpo y alma, viendo las cosas de otra manera, en paz conmigo misma y totalmente embriagada por la noticia de que voy a ser tía. La tía Myran.
Todo esta nube de paz y armonía ayer se desmoronó. La noche me confundió y ¡cuánto!. Maltraté sin compasión a mi pié dolorido por el Camino, fumé mi primer cigarro en semanas, vomité de borracha después de un año y besé a un chico después de meses, no necesariamente en este orden.
AB, que aún estaba más confundida por la noche, me lió de tal manera, que mis pilares de vida sana que había construido mientras caminaba por la ancha Castilla, cayeron sin más, en cuestión de horas.
Esta mañana he mentido vilmente a mis padres y les he dicho que había estado toda la mañana en la biblioteca, después de que ayer les vendiera la moto de que tenía tanto trabajo y tantas cosas importantes que hacer. Cómo me tengo que ver, ¡a mi edad!. A punto he estado de sufrir otro Sunday Blues pero sólo he tenido dos horas antes de ir a trabajar. El trabajo me ha salvado de un SB seguro.
Como sé que os interesa, el chico en cuestión era argentino, me llamaba Myranita y, en una noche confundida, tenía su gracia. Todo quedó en algunos morreos, como los adolescentes. Tengo su telefóno pero dudo que le llame.
En la foto, una imagen del Camino del año pasado. Yo soy la sombra alargada.